Para la jueza María Lourdes Afiuni, el presidente Chávez pidió 30 años de cárcel. Aún no tiene fecha para su juicio. Afiuni todavía es jueza de la República Bolivariana de Venezuela, aunque está con varias mujeres que ella misma mandó a encarcelar por haber cometido, más que una falta, una especie de "pecado revolucionario".
En teoría, el hombre -de nombre Eligio Cedeño- coadyuvó a la adquisición ilegal de 27 millones de dólares del sistema de control cambiario, pero se comenta que el desprecio oficial se lo habría ganado por haber ayudado a fugarse al ex sindicalista y líder del paro petrolero Carlos Ortega.
Cedeño, quien ya llevaba tres años preso sin juicio culminado (la ley venezolana establece que a los dos años sin juicio, la persona debe ser liberada), hoy se encuentra en Estados Unidos. Afiuni, en cambio, paga una cárcel que hasta el propio presidente Hugo Chávez exigió que alcanzara la pena máxima de 30 años, por supuesta corrupción y abuso de autoridad. Todavía no se le prueba el delito, pero ella sigue presa, a pesar de los llamados de atención hechos por Naciones Unidas, el Parlamento Europeo y decenas de asociaciones de abogados de América Latina.
A través de un breve cuestionario escrito y una corta llamada, EL TIEMPO pudo contactarla en la cárcel, desde donde asegura que su prisión busca doblegar al resto del sistema judicial. Todavía no le han asignado fecha de juicio.
¿Antes de ordenar la libertad de Cedeño, pensó que podría sufrir alguna represalia?
Todos los operadores de justicia teníamos conocimiento de que era un caso problemático. Se sabía que el juez que tuviese esa causa podía tener represalias si no tomaba las decisiones de las personas interesadas.
¿Entonces por qué decidió hacerlo, consciente de esa circunstancia?
Cuando uno ejerce la función de juez y lo hace por convicción, por carrera judicial, uno puede tomar decisiones de acuerdo a nuestras leyes, nuestra Constitución y nuestros tratados internacionales. Me parece increíble que la norma sea lo contrario. El expediente de Cedeño tenía hasta una resolución de la ONU donde me instaba a darle una medida cautelar.
Si esa decisión estuvo ajustada a derecho ¿por qué le ha costado tan caro?
Porque definitivamente el señor Eligio Cedeño era un preso político. Qué te puedo decir, él venía preso arbitrariamente desde sus inicios, yo lo que hice fue aplicar la ley como cualquier otro caso. Me ha costado porque me convertí yo en la presa política del caso y a la vez puedo decir que es un amedrentamiento a todos los jueces de Venezuela. Muchos abogados que me vienen a visitar me dicen que la justicia se convirtió en antes y después de mi detención. Ningún juez quiere tomar una decisión, por más mínima que sea, por temor a que se tomen represalias en su contra. En 23 años de ejercicio judicial no había visto este desastre que estoy viendo ahora.
Con esa radiografía y en vista de que todas las acciones ejercidas por sus abogados han sido rechazadas ¿qué expectativa tiene sobre su caso?
Desde el punto de vista jurídico procesal, por como están las cosas en Venezuela, yo no espero absolutamente nada. A mí en febrero me salió una bolita en la axila, pero hasta la semana pasada no hubo manera de que me llevaran a un especialista. Si ni siquiera autorizaban a que un médico me viera ¿cree que voy a esperar que se va a hacer justicia conmigo?
Además de esto que me narra ¿ha ocurrido algún otro episodio? ¿le han amenazado? Se dijo que usted tiene dos heridas por armas blancas.
Estoy bajo resguardo en una celda de 2x3, de la que no es que yo no quiera salir, es que no puedo, porque tengo un candado en el pasillo donde me encuentro. ¿Amenazas? Me han amenazado verbalmente. En cuanto a las lesiones físicas que haya podido haber sufrido eso me lo reservo para las actas. Me mandaron a hacer un reconocimiento físico, tengo el resultado verbal de los médicos forenses y cuando lo tenga por escrito, que yo esté convencida que lo que está colocado allí fue lo que me vieron, se harán las gestiones que sean necesarias. Por ahora puedo decir que desde que ingresé aquí en diciembre estoy rodeada de internas que he condenado y que he procesado. Muchas me han ayudado, pero también muchas están llenas de resentimiento, porque uno representa su detención.
¿Cómo debió haber sido su caso?
Yo estoy facultada para dictar medidas privativas, para dictar medidas de libertad y para dictar medidas cautelares (provisionales), y también para modificar esas medidas. En el caso de Cedeño, la Constitución venezolana y nuestro código nos dice que si una persona pasa más de dos años detenida y no se le ha culminado su juicio que no sea por culpa de él se le debe dar su inmediata libertad. Además, encontré en el expediente una resolución emanada de la ONU donde instaba al Fiscal, al juez del caso e incluso al canciller del país que a ese señor se le juzgara en libertad, pues tenía más de tres años preso.
Los jueces anteriores cometieron irregularidades y yo no iba a ser cómplice de eso. Entonces criminalizaron la medida cautelar diciendo que yo lo favorecí para que él se fugara, que abusé de mi autoridad y por último dijeron que era corrupción, que obtuve un beneficio o una promesa a cambio de algún acto que yo ejecutara. En mi audiencia, el fiscal, a viva voz, reconoció que yo no había recibido dinero y por eso es que estoy detenida: por corrupción sin dinero, por supuesto abuso de autoridad y por favorecer la evacuación de un señor que salió por la puerta principal del Palacio de Justicia.
¿Qué sintió cuando el presidente Chávez pidíó la pena máxima de cárcel para usted?
Tuve conocimiento de esas dos cadenas nacionales creo que tres o cuatro días después de la detención, y al escuchar lo que el Presidente había manifestado confirmé que ese señor era un preso político.
¿Cree que la salida del país de Cedeño la ha perjudicado aún más?
A pesar de que no me beneficia el hecho de que se haya ido, tampoco considero que me haya perjudicado. Si él se hubiera quedado estaríamos los dos detenidos, eso es un hecho. No debemos olvidar que mi detención es para que los demás no hagan lo que hice yo. De hecho, hay una tercera "cadena" en la que el Presidente está en un acto de graduación de abogados de la Universidad Bolivariana donde él les dice: "Espero que ustedes no vayan a hacer lo que hizo esa jueza en estos días".
Me dice que está en una celda 2x3 con candado ¿cuál es su rutina?
El candado estuvo en la celda de mi puerta al principio, ahora está puesto en el pasillo. Igual yo no salgo de mi celda porque en el pasillo hay 7 celdas y en todas hay internas. ¿Qué te puedo decir de una rutina 24 horas al día en una celda? Bueno, es imposible mantener una rutina aquí, se lee, se reza, se recibe a los abogados cuando te lo permiten, se conversa con dos o tres internas del pasillo, y se la pasa uno mucho tiempo sola. Pero todo cansa, llega un momento en que dices ¿y ahora qué hago?
¿Qué mensaje daría sobre lo que está pasando en Venezuela a nivel de Poder Judicial?
Los que estudiamos derecho sabemos que la justicia es la base, el corazón de una nación independiente. Una nación sin justicia no es nación, menos independiente. Porque todas las instituciones giran alrededor de ella, y sin justicia, todo falla. Es duro, mi mensaje es que se mantengan alerta, porque Venezuela no es un Estado de Derecho, menos social y de justicia. Es nefasto.
VALENTINA LARES MARTIZ CORRESPONSAL DE EL TIEMPO CARACAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario