La magistrada tiene con qué desconocer a su juez. Su caso está lleno de irregularidades, desde violación de los DDHH hasta manipulación del expediente La acusada se rehúsa a que el juez Alí Paredes siga conociendo su caso, por razones personales
No en vano la jueza María Lourdes Afiuni se declaró en desobediencia civil citando el artículo 350 de la Constitución Nacional.
Desde que el juez Alí Paredes se hizo cargo de su caso, se han presentado anomalías en el proceso. Para comenzar, la acusada debió ser juzgada en libertad como lo establece el Código Orgánico Procesal Penal pero, como se sabe, este procedimiento no tiene nada que ver con la realidad que vive la jueza actualmente.
Paredes comenzó con un mal pie pues según José Amalio Graterol, abogado de Afiuni, incurrió en un "fraude procesal" cuando en vez de constituir un Tribunal con escabinos, constituyó un Tribunal unipersonal.
Ya Afiuni había perdido la fe en este juez debido a que en contadas oportunidades la defensa solicitó a Paredes la revisión de la medida de privativa de libertad y se negó, alegando "que se trataba de un delito que superaba los 10 años", cuando la jueza Afiuni está siendo acusada por el delito de corrupción propia que establece una pena de tres a siete años.
En pocas palabras, el juez había determinado la pena de Afiuni sin haberse iniciado el juicio.
Uno de los argumentos en los que se basó el Ministerio Público para abrirle un procedimiento a Afiuni era que la boleta de excarcelación de Eligio Cedeño no aparecía.
Días antes de comenzar la primera audiencia, el nombrado documento apareció como por arte de magia. Graterol manifestó que el expediente de la jueza "ha sido manipulado de forma extraña", es por lo que la defensa solicitó el diferimiento de la audiencia alegando que este elemento modificaría por completo la defensa del caso.
La Fiscalía General de la República también argumentó "la presunta presencia de un soborno que determinó la liberación de Cedeño". La defensa comprobó que Afiuni no recibió ningún pago por la liberación del empresario.
Aparte de esto, Paredes revocó a los abogados privados de Afiuni sin su aprobación y le asignaron un defensor público.
LO HUMANO MÁS ALLÁ DE LO PROCESAL
Pero más allá de las irregularidades en torno al caso, Afiuni ha denunciado a Alí Paredes por violar sus Derechos Humanos.
La acusada ha presentado en varias oportunidades problemas de salud "y no ha sido debidamente atendida", aseguran sus abogados. La defensa exigió en reiteradas oportunidades que Afiuni fuese trasladada a un hospital civil puesto que en el Hospital Militar no la han atendido correctamente.
Hace nueve meses que María Lourdes Afiuni se encuentra detenida y ha salido de su celda de 3x2 metros sólo cuando se ha presentado en las audiencias.
Está interna con una seguridad extrema y no le llega la luz del sol porque su habitación tiene una ventana que apenas deja entrar la claridad. La acusada no consume alimentos del penal por medidas de seguridad. Cuando llegó a su celda no tenía dónde dormir.
A pesar de que estuvo trabajando por ocho años dentro del sistema de judicial, los vicios en torno a su caso le han dado pie para no creer en que se haga justicia.
Afiuni no confía en quien debe ser un árbitro imparcial de su caso, y menos desde que Alí Paredes escribió en una página Web del oficialismo que manifestaba su apoyo a la revolución bolivariana.
LA CANDIDATURA CONTINÚA
Aunque la jueza no cuenta con el respaldo de la Mesa de la Unidad para su candidatura a la Asamblea Nacional, no declina. Afiuni insiste en que tiene proyectos concretos y no está postulada sólo para salir en libertad.
Quienes la apoyan sostuvieron reuniones con representantes de Copei y Primero Justicia pero al parecer no recibirá el apoyo de estos partidos.
El Universal
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