El intelectual manifestó que "aunque los crímenes de los que se me acusa son distintos en nombre, su verdadera esencia es realmente la misma: ambos son crímenes de discurso". Hizo votos por un país en el que "todas las visiones políticas estarán bajo el sol para que la gente escoja", y "nadie podrá, bajo ninguna circunstancia, sufrir persecución política por tener posiciones divergentes"
El activista chino Liu Xiaobo, premio Nobel de la Paz 2010, envió a la ceremonia de este galadón el discurso titulado I have no enemies (No tengo enemigos) ante su imposibilidad de asistir a la entrega por estar encarcelado por el régimen de China.
El texto fue leído durante el acto por Liv Ullman, debido a que la esposa del homenajeado, Liu Xia, tampoco asistió por estar bajo arresto domiciliario.
Liu narró cómo su vida cambió de ser profesor, escritor y conferencista a estar en prisión por expresar ideas contrarias a las del gobierno chino.
"Lo que exigía de mí mismo era esto: como persona o como escritor, llevaría una vida de honestidad, responsabilidad y dignidad", expresó Liu a través de la voz de Ullman.
El intelectual manifestó que "aunque los crímenes de los que se me acusa son distintos en nombre, su verdadera esencia es realmente la misma: ambos son crímenes de discurso".
Sin embargo, el académico aclaró que, aunque "he sido declarado enemigo de la mentalidad del régimen, (...) aún quiero decirle a este régimen que me está quitando la libertad que me mantengo firme en las convicciones que declaré en mi huelga de hambre".
Al régimen, y a los funcionarios involucrados en su encarcelamiento y persecución, declaró en varias oportunidades en su discurso: "no tengo enemigos y no tengo odio".
"Ninguno de los jueces que me juzgaron son mis enemigos, aunque no hay forma de que les acepte sus arrestos" pero "respeto sus profesiones y sus integridades, incluyendo la de los dos fiscales que ahora están escogiendo cargos en mi contra en nombre de la fiscalía", afirmó.
Progresos graduales
A pesar de encontrarse en prisión por oponerse al régimen, Liu asegura haber visto progresos paulatinos en su causa.
Aseguró que la labor de la disidencia "ha llevado a una tolerancia creciente de parte del régimen y una notable caída de la persecución social a la disidencia"
Liu explicó que "el debilitamiento de la mentalidad enemiga ha sido el camino para que el régimen acepte los derechos humanos"
Recordó que "en 2004, el Congreso Nacional del Pueblo mejoró la constitución incluyendo por primera vez que el Estado respete y garantice los derechos humanos" Por eso, a pesar de las medidas en su contra, considera que, "los derechos humanos ya se han vuelto uno de los principios fundamentales del régimen legal de China".
También expresó que "he podido sentir estos progresos a un nivel micro a traves de la experiencia de mi arresto", donde percibe la mejoría de sus condiciones de reclusión y el respeto de quienes lo han tratado.
"Es precisamente por tales convicciones y experiencias personales que firmemente creo que el procesos político de China no se detendra", afirmó Liu.
"Estoy lleno de optimismo y espero una China libre en el futuro. No hay fuerza humana que pueda detener la voz que lucha por la libertad", expresó.
Homenaje a Liu Xia
El activista Liu Xiaobo también dedicó en su discurso palabras a su esposa, Liu Xia, quien representa para él "la luz del sol que salta sobre altas ventanas, calentando cada célula de mi cuerpo, permitiendo mantenerme en paz en mi corazón y sintiendo que cada minuto en prisión significa algo".
Por ello, expresó a Liu Xia que "con tu amor puedo calmadamente llegar a mi destino sin arrepentirme de las decisiones que he tomado".
La China de sus sueños
Liu culminó su discurso describiendo el ideal de nación que espera ver en algún momento materializado. Una nación en la que "las visiones mayoritarias y minoritarias sean igualmente garantizadas, y las visiones políticas de aquellos que difieren del poder sean respetadas y protegidas".
"Espero con ansias que mi país sea una tierra con libertad de expresión, donde el discurso de cada ciudadano sea bien tratado", expresó.
Liu sueña con que en su país "todas las visiones políticas estarán bajo el sol para que la gente escoja", y "nadie podrá, bajo ninguna circunstancia, sufrir persecucion política por tener posiciones divergentes".
Por eso, aseguró: "espero ser la última víctima de la inquisición literaria de China, y que nadie sea discriminado por su discurso".
Para Liu, "la libertad de expresión debe ser la fuente de la humanidad, y la madre de la verdad. Extrangularla es pisotear los derechos humanos, asfixiar la humanidad y suprimir la verdad".
Aclaró que "no hay nada criminal en lo que he hecho, pero si los cargos se me presentan, no tengo quejas".
El Nacional.
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